El FMI afianza el control de la economía: Renuncia Caputo al Central y lo reemplaza Sandleris

Luis Caputo renunció este martes de paro general a la presidencia del Banco Central. En una breve carta de agradecimiento a Macri, el ahora ex titular de Central adujo “motivos personales”. Nada más lejos de la realidad: Caputo se va por las objeciones del FMI a una política monetaria que para el organismo internacional era errática, pero sobre todo “opaca”, como dijo en una durísima declaración la propia Christine Lagarde.

Macri eligió a Guido Sangleris como reemplazo, que venía desempeñándose como segundo de Nicolás Dujovne.

Sandleris se acercó al macrismo de la mano del ministro de Hacienda bonaerense, Hernán Lacunza, de quien fue su primer secretario de Finanzas en la provincia. Pero luego tomó distancia y se convirtió en un hombre clave en la conducción del ministerio de su amigo Dujovne. Su ascenso al Central implica un triunfo rotundo en la interna que el ministro de Hacienda mantenía con Caputo. Pero el dato político saliente es la consolidación de la influencia de Marcos Peña sobre todo el equipo económico, como nunca lo tuvo.

Dujovne y Sandleris tienen muy buena relación con el jefe de Gabinete y aceptan sus directivas, algo que Caputo y sus antecesores siempre resistieron.

Como era previsible, los mercados reaccionaron mal a la salida de Caputo, un trader que generaba algún respeto en ese mundo, aunque su gestión estuvo cruzada de manejos especulativos muy poco claros con grandes fondos como Templeton, BlackRock, Pimco y otros grandes tenedores de deuda argentina, a los que hizo perder mucho dinero con apuestas fallidas, que luego intentó recortar.

Este tipo de manejos opacos, motivó un enorme malestar en el FMI que quedó expresado en una lacerante declaración de su titular, Christine Lagarde, al diario Financial Times. En esa entrevista la ex ministra de Economía de Francia sostuvo que el FMI pretendía que la Argentina tuviera una política monetaria con “claridad, transparencia, información adecuada y debida para los operadores del mercado y una mejor comunicación”.

La salida de Caputo se da en un contexto de enorme fragilidad, donde el gobierno tuvo que aceptar este lunes que lejos de los 20 mil millones de dólares que el mercado creía que iba a sumar el nuevo acuerdo, serán apenas entre 3.000 y 5.000 millones y anticipos de desembolsos. La negociación fue mucho más dura de lo esperado, pese al apoyo contundente de la administración de Donald Trump, que considera estratégico sostener a Macri. Francia, Holanda y Alemania mantienen en el organismo una línea muy dura contra la administración de Macri, por ciertos negocios con China a cambio del swap anunciado este lunes.

Los directores de esos tres países son los que se plantaron para que el nuevo tramo no supere el rango de los 3.000 a 5.000 millones de dólares y rechazaron de plano sumar otros 20 mil millones al acuerdo en curso. El gobierno de Macrón está enojado con Macri porque incumplió contratos acordados para el área de defensa y el de Alemania tiene reproches similares vinculados a las centrales nucleares.

El FMI debe lidiar además con el riesgo de un escándalo de reputación mayúsculo: De los 50 mil millones de dólares comprometidos inicialmente para la Argentina en un programa que alcanzaba hasta finales del 2020, el gobierno de Macri ya se gastó 15.000 millones. Si le anticipan desembolsos, podría darse la desmesura que esta gestión se gaste una cifra bastante cercana al total y quede para el próximo mandato un monto insignificante, pero sí todos los vencimientos. Sería muy difícil entonces para el organismo contradecir la idea que se trató de un inmenso salvataje con nombre y apellido.

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